Carrillo habla tras abandonar Cs: «Juegan a ser Richelieu y no llegan ni a Maquiavelos de mercadillo»
Fran Carrillo (Córdoba, 1981) ha sido senador y portavoz adjunto en el Parlamento de Andalucía durante esta última legislatura. Lo ha hecho como alto cargo en Ciudadanos (Cs), partido al que ha dicho adiós hace sólo unos días. Pese al chorreo de salidas de la formación naranja, la de Carrillo ha sido una de las más sonadas, aunque se veía venir. Ninguneado por Inés Arrimadas y Juan Marín en los últimos meses, el ex portavoz de Cs en la comunidad ha explicado los motivos de su salida en OKDIARIO Andalucía.
Pregunta (P): Después de una exitosa etapa en Ciudadanos, ¿es duro salir por la puerta de atrás?
Respuesta (R): Creo que ha sido una de las decisiones más difíciles de mi vida. Yo estaba muy vinculado emocionalmente a un proyecto al que contribuí con mi granito de arena para hacerlo crecer y expandirse. Ciudadanos ha sido el mejor proyecto político que ha podido tener España en 40 años, y es una pena que no se haya cuidado la gestión de las personas, que es algo clave en toda organización política.
Una organización política debe cuidar, sobre todo, dos ámbitos: recursos humanos y comunicación. Saber cuidar, tratar, valorar y dar cariño al capital humano que tienes internamente en tu organización es fundamental para que todo el mundo dé lo mejor de sí mismo, esté motivado y crea en el proyecto y acabe abrazando un liderazgo que vaya de la mano con hechos. Al mismo tiempo hay que saber comunicar externa e internamente las ideas, las acciones y los hechos para que entiendan tus clientes, que son los votantes, los ciudadanos a los que representas, por qué haces lo que haces.
«Ciudadanos ha dejado de cuidar a las personas»
Yo creo que son dos aspectos que en los dos últimos años Ciudadanos no sólo ha descuidado, sino que ha abandonado. Ha dejado de cuidar a las personas, que es lo principal de una organización, y ha abandonado la explicación, la comunicación, la necesidad de dar la batalla de las ideas… Y es evidente que yo no podía seguir en un partido así.
Luego, hay otras consideraciones más personales. Que tiene que ver con el trato personal sufrido y con las campañas que personalmente, avaladas por la dirección nacional, se me hicieron. Ha sido una decisión dolorosa y difícil, pero he sentido el cariño de casi todos los compañeros del partido, de los militantes, de muchos votantes que se fueron o que siguen e incluso gente de otros partidos, y con eso me quedo. A partir de aquí, igual que la política sigue, la vida, que es algo más importante que la política, también.
P: ¿Vosotros os vais porque el partido está roto o el partido se ha ido rompiendo a partir de las constantes salidas?
R: Es curioso que se dediquen a criticar aquellos que han ejercido de enterradores del partido. Resulta que centran su crítica en aquellos que hemos estado durante mucho tiempo avisando de que este escenario se iba a producir si no había un cambio de timón en las decisiones de las respectivas direcciones. Y quien entierra y mata al partido resulta que es el inocente y el que ha intentado por todos los medios que eso no se produjera es el culpable. Esa es la paradoja de la política.
«Quien entierra y mata al partido resulta que es el inocente y el que ha intentado por todos los medios que eso no se produjera es el culpable»
Pero los culpables son los que han construido una burbuja en torno a un liderazgo y han creído que un partido se puede dirigir como una secta. Creen que un partido son un grupo de veinte amigos, fuera de toda crítica, fuera de todo debate, y en el que quien se atreve a discrepar es un traidor, y el que se atreve a disentir es que está vendido. Y, hombre, tú puedes utilizar ese relato si los resultados te acompañan, si los resultados validan tu estrategia, pero si los resultados no validan tu estrategia, cuando estás perdiendo representación electoral y apoyo ciudadano cada vez que te presentas a unas elecciones pues lo culpables no están fuera, ni son los que se han ido. Igual hay que hacer un poco de autocrítica y ver que los responsables están dentro.
A mí me parece paradójico que los que han contribuido a convertir a Ciudadanos en un partido irrelevante son los que van dando lecciones a los demás de lo que hay que hacer. Sobre todo porque se les llena la boca siempre diciendo que son los que no necesitan la política para vivir. Pero ahí siguen. Exprimiendo la ubre hasta donde pueden. Que demuestren que no necesitan la política para vivir y dejen de agarrarse al último clavo ardiendo a ver si pueden seguir viviendo de la política.
«Se les llena la boca siempre diciendo que son los que no necesitan la política para vivir. Pero ahí siguen. Exprimiendo la ubre hasta donde pueden»
Para mí, el buen y verdadero liberal respeta las decisiones individuales ajenas. No las insulta, no las descalifica, no las etiqueta. Sin hacer eso, para mí, te conviertes en una copia barata de lo que dices ser. Es decir, una copia barata de ese liberalismo del que presumen. Pero hay quienes juegan a ser Richelieu, cuando no llegan ni a Maquiavelos de mercadillo. Y eso es lo que está pasando. Gente muy buena, gente muy válida, gente muy capaz, se creen que son Richelieu o Rasputín dirigiendo una nave que está condenada a estrellarse y no alcanzan a ser Maquiavelos de mercadillo.
¿Toda la gente está equivocada? ¿Toda la gente que desde dentro ha intentado cambiar las cosas está equivocada? ¿Están equivocados los votantes porque votan mal? ¿Están equivocadas las encuestas porque les tienen manía? ¿Están equivocados los periodistas cuando hacen un análisis de lo que ven? ¿Están equivocados todos los que discrepan internamente? ¿Sólo tiene la razón la burbuja que dirige el partido? Pues los resultados son los que son. Así que cada uno saque sus propias conclusiones.
«Hay quienes juegan a ser Richelieu, cuando no llegan ni a Maquiavelos de mercadillo»
Yo a todos los compañeros que se han ido les he deseado suerte, éxito y que la vida les trate bien. Independientemente de que se vayan a otro partido político, al sector privado, vuelvan a sus funciones porque estaban de excedencia en el sector público. Me da igual. Han sido compañeros míos y eso para mí es suficiente para agradecerles el tiempo que hemos compartido juntos y que les vaya bien y tengan éxito. Y eso es lo que hay que hacer si verdaderamente eres liberal.
P: ¿Votaste el domingo?
R: Por supuesto. Es mi obligación y responsabilidad como ciudadano.
P: Eres libre de no decirlo pero, ¿a quién?
R: En mi ejercicio de la libertad permitirás que…
P: Vale, ¿qué te ha decepcionado más Ciudadanos o la política?
R: Ciudadanos no porque, como digo, es el proyecto más moderno, regenerador e ilusionante que ha tenido España en 40 años. Si hubieran sido las cosas de otra manera estaríamos hablando de una España diferente a la que el sanchismo está construyendo y nos va a dejar.
Ciudadanos es un partido con muy buenas ideas. Es un proyecto con un programa muy serio. El problema que tiene ahora Ciudadanos es que no tiene quien lo defienda, porque la gente que lo defiende ya no es creíble. Pero son ideas muy buenas.
«Lo que me ha decepcionado son personas dentro de la política y personas dentro de Ciudadanos»
¿La política? Bueno, uno cuando entra en política tiene que entrar con una coraza, con un caparazón y con un escudo. Relativizar mucho las cosas y saber de dónde vienes. Porque esto no es un jardín, es un campo de minas, y sabes a lo que te enfrentas día a día, y estás expuesto a muchas valoraciones, y se sufren muchas presiones, y tienes numerosas discusiones, porque cada uno tiene una forma distinta de ver las cosas. A mí no me ha decepcionado ni la política ni Ciudadanos. Yo sabía a lo que venía, sabía a qué proyecto político venía y lo he intentado defender con la mayor honestidad posible.
Lo que me ha decepcionado son personas dentro de la política y personas dentro de Ciudadanos. Yo pensaba que eran de una forma y me han demostrado ser de otra. Yo antepongo mis ideas y mis principios a cualquier tipo de cargo. Yo no me vendo por un plato de lentejas. Así me educaron mis padres. Yo intento ser leal y honesto a quien ha confiado en mí.
Yo no he estado en política, y si vuelvo en el futuro, no estoy ni estaré para conspirar ni para jugar al trilerismo político para ver si pongo a los míos para que luego me deban favores… La política es el noble ejercicio del servicio público. Es cambiar las cosas para que en el futuro los que vengan vivan mejor de lo que tú has vivido. Entonces, si tú no eres capaz, no de hacer posible lo imposible, sino de hacer real lo imaginable, que eso es la política, entonces no entres.
«No estoy ni estaré en política para conspirar ni para jugar al trilerismo político para ver si pongo a los míos para que luego me deban favores»
Si no vienes realmente a sufrir, a desgastarte, a trabajar por los demás, a no tener días libres, a saber que tu teléfono tiene que estar abierto… Si no vienes a sacrificarte, que es un ejercicio cristiano de sacrificio, entonces no entres en política. Y desgraciadamente hay mucha gente que no entiende eso. Y no viene a servir sino a servirse, y no contempla esto como un oficio público sino como un beneficio privado. Eso sí lo he visto.
P: ¿Dónde te ves más, en el sector público o en el sector privado?
R: Yo siempre he tenido una alta vocación política, una férrea convicción en las ideas de libertad, en la visión de un liberalismo. Creo en un país que se puede construir a base de cambiar modelos y sistemas que puedan mejorarlo, desde la educación hasta la economía, pasando por la cultura y al mismo tiempo por la misma batalla de las ideas.
«Ahora mismo mi primera opción es volver al sector privado»
Llevo mucho tiempo ligado a la política. Casi siempre entre bambalinas. Los últimos cuatro años con el foco delante, pero creo que eso no va a cambiar en mí. Ahora mismo mi primera opción es volver al sector privado. Estoy estudiando diferentes ofertas y proyectos que me han llegado desde que anuncié mi salida del partido y a eso dedicaré las próximas semanas. A estudiar esos proyectos y esas semanas. Y la que mejor encaje con mis deseos y necesidades pues seguramente apueste por él.
Eso no significa que no siga analizando la actualidad política, que no siga opinando sobre ella, que no siga participando de ella… Porque yo sigo creyendo que ahora mismo en España hay un hueco muy grande para las ideas liberales. Creo que ahora mismo no hay una plataforma o partido que defienda realmente el liberalismo. Todos los partidos en mayor o menor medida son proestado.
Yo quiero rebajar el papel del Estado como director de la vida de las personas, como arquitecto del futuro de los ciudadanos. Creo que en el futuro puede haber un espacio muy importante a nivel sociológico, sobre todo entre los jóvenes, que ven que se lo han robado los partidos, la burocracia y el sistema, que siguen creyendo que todo pasa por vivir del Estado.
«Quiero rebajar el papel del Estado como director de la vida de las personas, como arquitecto del futuro de los ciudadanos»
Y hay funciones nobles que tienen que seguir siendo parte del Estado. Funcionarios como profesores o las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad. Pero hay tanta grasa que quitar, hay tanto elemento que eliminar, hay tanto enchufado y vividor que vive políticamente del sueldo público, que hace falta que alguien con criterio, con firmeza, con contundencia y con convicción diga: «Se acabó». Y a partir de aquí, vamos a hacer que la autonomía de las personas sea dirigida por ellas mismas, que nadie dependa de un partido político, que no dependan del Estado, que puedan vivir por sí mismos y que puedan mantener a su familia sin tener que mendigar a un partido político que luego le va a pedir la obediencia. Es decir, cambiar el socialismo de verdad por un verdadero proyecto liberal. Pero no de palabra y de eslóganes, sino de hechos.